Había una vez una hacedora de sueños, que hacia que todos
los sueños de las personas que se le acercarán cumplieran.
Las hacedoras de sueños se alimentaban de amor y sonrrisas, y
cada vez que alguien cumplía sus sueños pagaba a la hacedora con
Una sonrisa y mucho cariño.
La pócimas mágicas que utilizaba estaban compuestas de, valentía,
confianza tenacidad optimismo y voluntad y la repartía según necesitaba cada
persona.
Las hacedoras eran pequeñas casi diminutas pero solía crecer
mucho cuando de alimentaban y conseguían una luminosidad que
Alegraba a todos los que la veían.
Hoy en día sigue habiendo hacedoras pero por causas de del
miedo de algunos y la ignorancia de otros solo se dejan ver si el espíritu del
que las busca es puro.
Así que habré tus
ojos y sobre todo tu corazón y seguro que las ves.
Dalay
Dedicado especialmente a mi nieto Aron, el si es un sueño para mi.
Dedicado especialmente a mi nieto Aron, el si es un sueño para mi.